miércoles, 21 de noviembre de 2007

Kufiyya






Mi barrio, pese a estar próximo a Barcelona, me parece junto a otros municipios cercanos una región especial, como "apartada". El catalán no es hablado prácticamente ni en clase de catalán en mi instituto, así como en la calle. En mi barrio lo considero más bien normal, pues es un barrio de immigrantes; de los años 60 y 70 como mis padres, sin ir más lejos, y de rincones más alejados del mundo también. Así que el catalán no es demasiado hablado, pero qué se le va a hacer. Hasta ahí, bien. Pero se me nubla la vista al ver que es muy fácil desentonar.

Suelo llevar en mi cuello una palestina o kufiyya, ese pañuelo árabe que ahora tan de moda está. No es por moda ni mucho menos, sencillamente es que el diseño me encanta y es bastante calentito. A diferencia de la mayoría de gente que lo lleva, sé lo que quiere decir y puede significar, pero...



Como saben hasta las piedras, un joven antifascista fue asesinado por una persona de tendencias ultraderechistas en la estación de metro de Legazpi, y bueno, todo lo demás ya es historia.


Una noche llegué a casa.
Mi padre: No te enfades por lo que te voy a decir, te lo digo de buena fe...
Yo: A ver, dime.
-Creo que el pañuelo ese que llevas...
-¿La palestina?
-Ese, creo que no es el mejor momento para que vayas por ahí con el cacharro ese encima.
-¡Qué dices, papá! Por favor, ¿qué me tiene que pasar?
-Ya sabes lo del joven ese...
-Yo no soy antifascista, ya sabes que no me gustan los extremos.
-Pero el pañuelo...
-Ni voy a la manifestaciones o contramanifestaciones...
-Pero podrían...
-¡Por Dios! Papá, lo lleva mucha gente.
-Pero lo llevaba el Arafat ese.
-Llevarlo no me hace ser como Arafat, además, qué probabilidad hay...
-Es peligroso, niña.
-Madre mía... Ni me ha pasado nada ni me va a pasar. Puedes estar tranquilo. ¡Pero el pañuelo no me hace correr peligro, llevarlo no implica estar de acuerdo con nada, si ahora los hacen hasta con brillantitos y todo!
-Niña...
-Lo siento papá, pero creo que no tienes que preocuparte, en serio.
-...
Busco una mirada de apoyo de mi madre. Creo que he sido razonable. Me sonríe, pero su mirada le da algo de razón a mi padre.
-Me voy a mi cuarto a cambiarme...




A ver... Les entiendo, está muy bien que se preocupen por mí, pero sé que no corro peligro.

Sin ir más lejos, mañana no haré huelga. No creo que arregle nada haciéndola. Aunque envío mi pésame a la familia de Carlos (dudo que les llegue, pero creo que no está de más).


¿Puede un simple pañuelo ser peligroso? Yo creo que no. Y más habiendo tanto inculto y analfabeto virtual suelto... Van a saber qué es una kufiyya o quién era Arafat. Por Dios...