domingo, 16 de diciembre de 2007

Núria


Es increíble de qué manera puede endurecer una persona su aspecto pero seguir siendo tan dulce por dentro como antes de la metamorfosis.

Núria es de mis mejores amigas, mi amiga del alma. Nos hemos engañado, nos hemos herido, hemos tenido nuestros más y nuestros menos porque somos humanas; pero sé que en mi vida tendré una amiga tan buena como ella.

Núria parece extraña por fuera. Tiene una estética un tanto desentonante con lo habitual en este barrio. Núria es punk. Muchos incultos la llaman gótica y cosas por el estilo, y eso cuando no la insultan por su look. La verdad que desde que la conozco su aspecto ha cambiado muchísimo. Su pelo tiene los colores más estridentes, lleva camisetas de grupos que dudo que conozcan nuestros compañeros -desde Negu Gorriak hasta los Ramones-, sus pinturas de guerra son un tanto peculiares, sueña con hacerse una cresta en su antes cascada de rizos -que yo misma le corté con un extremado estilo garçon, creo que ver sus rizos caer me dolió más a mí que a ella.
No es sólo su manera de vestir, peinarse y maquillarse: Núria piensa diferente. Y eso, junto con su aspecto, hace que se gane la antipatía de sus intolerantes compañeros, que no aceptan a alguien que desentone tanto. Núria en Barcelona pasa desapercibida, sobretodo en la calle Tallers, con sus pinchos, su pelo de color chillón, sus medias rotas, sus Converse customizadas, su mirada oscura y sus ideales extremos.
Pero yo conozco a Núria por dentro, y sé que bajo esa costra, ese caparazón, se esconde un relleno muy dulce.

Mis padres se preocupan porque saben que su vestimenta, su atuendo provoca reacciones violentas en algunos iluminados que por el barrio y la ciudad circulan, y qué quieren que le diga, a mí también. Pero ella debe decidir entre seguir con sus ideas o llevarlas sólo por dentro -aún con el paradójico riesgo de que los demás la abucheen por abandonar hipócritamente y por miedo su apariencia anterior.
Núria, no leerás esto, pero no debes esconderte tanto de los demás. Como tanto dices cuanto te insultan o me agreden, nos comen el culo.
Núria es auténtica.