miércoles, 9 de enero de 2008

Berridos lejanos

Empiezo a comprender eso que alguien comentó de tener hacia mis acosadores compasión.

No se lo pierdan, hoy salía una hora más tarde que ellos ¡y me han esperado!

He salido del centro entre abucheos e insultos -tendré que preguntar a dirección si hay una puerta de atrás para perderme tan penoso espectáculo.


Pero esta vez no me sentí tan mal, porque pensé que es muy triste que en vez de tener vida propia piensen simplemente en hacer de la mía algo imposible.

Voy abriendo los ojos. No, conmigo no podrán. Ya han visto que sí, definitivamente, son dignos de compasión.