martes, 15 de enero de 2008

No.


Fmesmenota, amigo, se acabó.

Es Núria.

No es nuestra amistad la que acabó.
Es todo brillo de esperanza.
Ahora sí que no puedo ayudarla.
Es algo que sé pero se supone que ignoro, estamos ante el supuesto de que alguien muy inteligente se está destrozando de la manera más estúpida, buscando felicidad donde no la hay, y creo que ya estoy siendo bastante explícita.
Y no, no hay manera de ayudarla, porque si descubre que lo sé, ahí sí que se desplomará todo, sólo me queda retorcer mis manos pensando que al menos sus padres lo ignoran igual que yo todo este tiempo, y no sé, todo me parece extrañamente normal.

No sé si me explico.
Pero, ¿y si ahora te digo que además -al menos temporalmente- Núria entierra toda posibilidad de futuro?
O al menos, la retrasa unos años en el mejor de los casos.
Estoy sufriendo y llorando todo lo que no está sufriendo y llorando ella.

Pero no puedo hacer nada. Ahora sí que no puedo hacer nada.

7 comentarios:

Joselu dijo...

El tiempo -ese terrible escultor- pondrá las cosas en su sitio.

Anónimo dijo...

Piensa en ti, en lo que has hecho por ella, te sientes orgullosa, y piensa después en todo lo que puedes hacer, y estás haciendo ya por ti. Sólo puedes sentirte orgullosa. Una jartá de besos y hasta luego.

Cris dijo...

Vaya, así que era eso lo que le pasaba a Nuria...hay mucho farmacéutico de discoteca por ahí fastidiando vidas un poco desorientadas.
Digo lo de h.,en eso es difícil ayudar a alguien, pero puedes sentirte orgullosa.

Jueves dijo...

Pues yo creo (sin certezas...) que no es buena cosa hacer como si no se supiera... Eso sirve de poco. Los problemas difíciles necesitan soluciones comprometidas... quizá.
It`s up to you!

Animal de Fondo dijo...

Recapitulación:
Bueno, parece que has defendido la posición que te tocaba. No somos dioses, somos tan frágiles como cualquiera y tan débiles o tan fuertes como todos (y con tan limitadas luces). Sin embargo, me parece que hay algo en el corazón del hombre que nos permite elevarnos por encima de lo que en sí somos.
No siempre sabremos mentener las intenciones puras, pero siempre podremos rectificar. No sé quién decía (siempre pido prestado) que los sabios caen al suelo como los demás, pero por lo menos saben que pueden y tienen que levantarse. Así que, aunque nosotros no lo seamos, también podemos aplicarnos el cuento.
Dentro de la recapitulación, tengo urgencia por darle las gracias a Joselu. Sin que lo parezca tal vez, Joselu siempre está ahí, en cada post de este blog, con la serenidad que en ocasiones a otros nos falta. Yo podré no entenderlo a veces, o que me desespere lo que dice, pero no soy tan rematadamente tonto como para no darme cuenta de que si alguien se merece aquí el calificativo de amigo, ese es él, porque la constancia de su atención es una virtud con que se muestra la verdadera amistad, y él la tiene demostrada. Gracias, Joselu.
Y en cuanto a Nuria, tenemos el control sobre nuestras acciones, pero no sobre las suyas; podemos juzgarnos por lo que hagamos, no por lo que haga ella. Muchas veces he pensado que la sociedad permite esas trampas, incluso las pone, porque teme a los inquietos, a los rebeldes, a los inteligentes. Y aprovecha la curiosidad de los más despiertos, su revolucionaria forma de ser, para eliminarlos con un caramelo envenenado. Si Nuria pudiera darse cuenta de en qué la necesitamos, tal vez no se dejaría borrar.
De todas formas tiendo a pensar como Jueves; no veo para qué puede servir tener cosas ocultas, secretos. ¿qué es lo que se desplomará si ella se entera de que tú sabes? ¿no comprenderá que es posible quererla con sus miserias? Ojo, lo que me parece que no sirve de nada es desgastarse inútilmente ni ponerse en peligro uno mismo. Yo no hubiera obedecido la orden de salir de la bahía de Santiago de Cuba, porque no me parece útil que hagan tiro al blanco conmigo.
Tampoco entiendo qué beneficia a nadie que sus padres no sepan. ¿Que no sufran? ¿Qué pasa si sufren?
Tal vez alguien entre los que nos ayudan pueda alumbrarnos algo, tal vez tenga más experiencia o le roce más la situación.
Recapitulo por última vez: éxitos, fracasos; creo que hemos progresado, que estás en disposición de poder acogerte a la fortaleza que da ser buena. Consérvate buena.

Joselu dijo...

Gracias, por tu alusión, fmesmenota; estás siendo un puntal en ese apoyo reflexivo que merece y quizás esté buscando Aranzazu. En este caso, soy conocedor del caso de Núria, he sido su profesor tres años. No conozco sus aspectos más íntimos, pero sí de sus ángulos más terrenos. He intentado hablar con ella en varias ocasiones, pero tengo la impresión de que adonde está ella, es difícil acercarse. Entiendo la preocupación de Aranzazu. Es su mejor amiga, pero tengo la impresión de que Núria queda lejos de nuestro alcance en estos momentos. He hablado repetidas ocasiones sobre ella con los responsables de inserción social del instituto, y, he sido consciente de que no responde a ningún estímulo o razonamiento, no ya míos sino de profesionales en situaciones de riesgo social como es su caso. Está destrozándose la vida, aunque ella no lo entienda así en este momento, pero mi experiencia me dice que quien corre consciente o inconscientemente hacia su autodestrucción, no aceptará consejos, que serán malvenidos, ni razonamientos lúcidos. Es una pena. De ahí mi comentario inicial, que podría parecer duro. No veo que se pueda hacer nada en este momento, y lo siento. Tengo amigos muy inteligentes, que han sucumbido en una espiral autodestructiva, y ha sido inútil cualquier argumento con ellos, que, por cierto, han sido duramente rechazados porque su vida era suya para bien y para mal. Un cordial saludo, y tienes razón. Estoy presente en el blog, aunque a veces sea cáustico o no opine.

Aranzazu dijo...

Sé que estás siempre ahí, Joselu; lo que no sabía es hasta qué punto te preocupabas por Núria y hacías algo por ella -ya debes tener bastantes cosas en la cabeza- y la verdad que no en su nombre porque ella pasa de todo, más bien en el mío que ya no sé qué hacer.

Me dicen mis íntimos que no me preocupe. Ya iré haciendo lo que pueda.

Me da mucha pena cuando encuentro a Núria y es la Núria dulce de siempre, por mucho que su aspecto y su actitud digan lo contrario, y es que hay dos Núrias para mí.

En conclusión, si no se deja ayudar, poco o nada puedo hacer, sólo esperar a que se dé cuenta de todo.

Gracias a todos, muxu pila.